Pero qué fresca es la peña...

Cuando crees que has visto llega gente fresca y te vuelve a aumentar las puntuaciones límite...

Hoy una vecina mía me ha llamado por si a mí no me importaba hacer un informe donde constase que el marido de su mejor amiga tiene depresión, para así poder esta señora alegar en la Comisión de Servicio que tiene al marido depresivo y así no tener que ir a Algeciras, que es donde le ha tocado la plaza. ("¡Qué mala suerte tiene la pobre!", Me ha dicho).

Cuando he escuchado a la "señora" he empezado a tocarme las orejitas, como cuando Nadal va a sacar su servicio, aunque el contexto no puede ser más diferente mi activación interna era parecida. No podía decirle lo que me estaba pareciendo su petición, pues yo no estoy aquí para tratar los límites que no deberían pasarse. Parte de la responsabilidad es mía, ya que una vez cedí a algo que me pidió y ya se ha creído que puede "mamar de la teta" ella y toda su familia y amigos...

Lo más triste de todo esto es cómo hay personas que juegan con una enfermedad que se lleva a más gente con los pies por delante que el cáncer de mama, por ejemplo (mujeres entre 30 y 35 años, según datos de la OMS) y termina siendo el cachondeo nacional. El cuento de la lechera hace que el que sufre esta enfermedad no le haga caso ni perri.

Y sí, hay personas con depresión que no tienen voz y, a veces, deciden dejar de tener forma.