Marzo...
Una vez me dijeron que la persona que, a los veinte años, no es de izquierdas es que no tiene corazón y el que, a los cuarenta, lo sigue siendo es un loco o un soñador.
Mi corazón siempre estuvo reñido con lo que me inculcaban y siempre intentaba discutir, convencer... Eran luchas interminables que, sólo servían, para perder mi energía. Menos mal que la energía no se destruye, sino que se transforma. Los procesos de transformación y de cambio son, casi tan interesantes, como los resultados.
No estoy ni en los veinte, ni en los cuarenta. Estoy en pleno centrifugado, pero me encanta y, por ahora, seguiré "teniendo corazón" aunque, lo que antes se hablaba por "izquierdas" dista, en mi opinión, de lo que se ve ahora desfilar por el teatro de la política.
Menos mal que, con Lubitsch, podremos seguir soñando...
1 comentario
nacha -
besosssss