Androide... Parte 1
Parece claro que enamorarse es químico y amar es empeño.
Fui a la mercería ayer por la noche... A las mercererías que están de guardia en las grandes ciudades cuando uno de sus habitantes no puede parar de llorar. Al llegar, me senté a esperar mi turno, no pedí la vez, pues sabía detrás de quien iba, era una señora que tenía la mirada perdida y el semblante roto de dolor. No hizo falta decirle nada, yo iba detrás.
Cuando me tocó el turno, me puse frente al señor que atendía tras el mostrador y le pregunté si vendía hilos de urgencias. Él me dijo que ese día había tenido mucha demanda de dolientes, pero que para mi problema tenía un hilo nuevo que me iba a ir muy bien... "Es que me han dejado de amar", le dije.
"Para coser el corazón no tengo nada, pues siempre se vuelve a abrir. Esas heridas te acompañan siempre, es la pérdida. Pero sí tengo algo que te va a ir muy bien, y me dijo al oído:
"Vive la tristeza, aprende de ella y ya no volverás a huir hacia delante"
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Maria -