Mi oscuro deseo...
La Administración Pública hace que arda cada día más en mis oscuros deseos masoquistas... Uf!
Cuando voy, tres y cuatro veces, para solicitar algo que podrían haberme ahorrado en un solo paseo me provoca algo tan intenso como el fuego interior que desata mis pasiones más primarias...
Al llegar a la ventanilla del sudoroso funcionario que levanta la mirada sin saludar y me mira por encima de sus gafas con la boca entreabierta, con cara de no saber qué hace allí, noto cómo mi excitación sube y se me eriza el vello de la espalda y mi pecho comienza a latir, se me seca la boca...
Cuando, acto seguido, le entrego la documentación que me han ido corrigiendo, poco a poco, para no atosigarme con toda a la vez y este desconocido me vuelve a mirar y me dice: "pero mujer, te falta un documento"... Entonces ya no soy dueña de mí. Sólo quiero que me agarre, me tumbe en la mesa y me haga presa de su desprecio. Yo, ya soy sólo agua...
Joder, cómo me gusta el juego seductor con la Administración... Pero me temo que el ávido orgasmo no va a llegar. Y eso duele...
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Margui -